Dicen que las cosas tardan en llegar a ciertos
lugares. A América Latina todavía no llegó la noticia de la caída del Muro de
Berlín. Además de los 65 años de la dictadura comunista de Cuba, el continente
ha tenido que soportar los 25 años del chavismo, un rebrote de la epidemia
socialista que contagió a gran parte de la región y ha causado estragos mucho
peores que el Covid y otras pandemias. Ambos países se convirtieron en los
focos de propagación de esta peste, aunque no se han librado de sufrir en carne
propia sus consecuencias, pues la situación tanto de Cuba como de Venezuela es
calamitosa. La historia puede cambiar este domingo, cuando por la fuerza de los
votos, el dictador Nicolás Maduro se vea obligado a dejar el poder y permitir
que la libertad vuelva al país, junto con nueve millones de personas que
salieron huyendo de la miseria. Esta vez los que tienen que huir son los
criminales mal llamados gobernantes. Y así como la plaga se extendió, los
vientos de cambio se expandirán hacia todos lados.